Nos encontramos junto al cruce que baja al embalse (3 minutos andando) donde hay unas preciosas vistas y se puede practicar piragüísmo y descenso de barrancos (muy recomendable!). También hay un mirador ornitológico justo al lado y una zona recreativa preparada con mesas y barbacoas para cualquiera que quiera usarlas. Por si fuera poco justo enfrente hay un pequeño campo de fútbol con dos canastas donde los niños pueden jugar y divertirse. También estamos al lado del camino que llega al río Guazalamanco, al que subiríamos con el coche (10 minutos), para después disfrutar del precioso paseo a pie que bordea el río hasta llegar a la catarata y hacernos varias de las fotos que no nos pueden faltar en este viaje. Y todo esto teniendo en el mismo alojamiento un bar con unas riquísimas y abundantes tapas para recargar energías y seguir visitando lugares fantásticos. ¿No conoces Castril? Es un precioso pueblo que está a 15 minutos y tiene otro bonito embalse (El Portillo) además de una pasarela de madera que recorre el río por encima, con pasillos de cueva bajo la montaña y una zona de merendero. ¡Dejad espacio para las fotos porque os hará falta!