Chalet en Lanjarón perfecto para unas vacaciones en familia al aire libre y con niños. Chalet de 180m2, dispone de 4 habitaciones, dos de matrimonio ,(una habitación mide 25 m2, y la otra 35 m2), una habitación con dos camas (mide 12m2), y otra habitación con tres camas (mide 20 m2), salón de 40m2, gran cocina, 1 baño completo, terraza de 40m2 con vistas impresionantes a todo el valle de Lanjarón. Piscina de 8*4 pegada a la casa, con patio y jardines, zona para comer en el patio con toldo y ducha al lado de la piscina, cochera para 5 vehículos , y en la entrada a la cochera caben 3 vehículos más. Carril asfaltado hasta la puerta, a 100m de la carretera general y a 10 minutos andando del pueblo de Lanjarón. Todo cercado y vallado. Posibilidad de contratar Tour en bicicleta, tanto en bici de carretera como en MBK, preguntar disponibilidad. Información sobre que ver, visitar, senderos, y donde comer en el mismo establecimiento, para que no te pierdas nada en esta visita a Lanjarón. Todo lo bueno de estar al lado del pueblo y que no te molesten, ni molestar. Puente nazarí en Tablate. Frontera entre el valle de Lecrín y las Alpujarras, barranco de enfrentamientos y contiendas. De esas guerras de moros y cristianos que dictaron el fin de un reino, el de Granada, cuando Fernando el Católico conquistó Lanjarón en 1490 apenas queda un testigo: la vieja fortaleza musulmana, donde se amotinó Qasim el sublevado e hizo frente a las tropas enemigas con la consigna de vencer o morir. Hoy, estas centenarias piedras siguen vigilando el abrupto valle que se extiende hasta el mar, recortado por las montañas azules del sur de Sierra Nevada. Ahora es la paz absoluta la que sume al pueblo en un dulce letargo. Sosiego que se respira en el aire limpio, en sus tranquilas travesías bajo los tinaos, con sus casas blancas de flores y macetas. Ahí se dirigen mis pasos: a descubrir todo lo que ver en Lanjarón. Al andar por Lanjarón la melodía del agua se siente, se escucha… Te envuelve

Hola, somos Raquel y Mariano, vuestros anfitriones. Yo (Mariano), soy de Lanjarón. no nacido pero si de corazón, ya que mi padre nació aquí y paso la mayor parte de su vida, y Raquel es de Almería, de un pequeño pueblo del Valle del Almanzora llamado Líjar, el último pueblo que firmó la paz con Francia, haya por el 1980, quién sabe si lucharon con nuestra famosa cañona que da entrada al pueblo. Nos encantaría que conocieseis Lanjarón, uno de los pueblos más famosos por sus fantásticas aguas y Balneario; por el remanso de paz y preciosas vistas; y nosotros estaremos encantados de ayudaros en que conozcáis el pueblo y en que tengáis una estancia maravillosa en nuestra casa, estaremos encantados de ser vuestros anfitriones.

Al andar por Lanjarón la melodía del agua se siente, se escucha… Te envuelve todos los sentidos. Se dice que en este pequeño pueblo de Granada viven los más longevos del mundo ¿será por el agua? Sea por lo que sea, esta leyenda ya forma parte del ADN de la villa. No sólo es que el agua de las fuentes en Lanjarón se transforme aquí en arte, en poesía. Se ha convertido en su emblema. Así se homenajea a este bien de la naturaleza que lo ha bendecido siendo su festividad más famosa las fiestas del agua, que se celebran cada año en el solsticio de verano, la noche San Juan. ¿Qué ver en Lanjarón, en el pueblo del agua? El Balneario: cuenta la leyenda que hace ya trescientos años un enfermo bebió de un manantial de Lanjarón y se curó de su dolencia. Desde ese suceso fue cobrando popularidad y sus fuentes comenzaron a usarse con fines terapéuticos. A principios del S.XX vive su esplendor y se convierte en refugio de la élite El museo del agua: Cuatro salas didácticas con contenido audiovisual para entender la importancia vital del elemento primario en torno al que se articula el pueblo. El Museo del Agua de Lanjarón es una muestra de recorridos, historia, significado del agua en Lanjarón, e incluye itinerarios para disfrutar de ella en el propio parque natural en el que se enmarca este municipio. El Barrio Hondillo y sus callejuelas, déjate sorprender por sus tinaos, techos recubiertos de vigas de madera alpujarreños, sus pilares de agua, sus fachadas de hornacinas con santos patrones, flores y macetas. En primavera huele a jazmín y azahar. En otoño, a membrillo y castañas asadas. Sus calles y plazas están adornadas con numerosas fuentes donde brotan los chorros. Que es fresca y deliciosa, un placer al paladar, resulta obvio. Al trago sanador se le añade el color de las palabras, las del gran poeta que amó este pueblo: el agua en Lanjarón canta con la voz de Lorca, haciéndome soñar con los cuentos de la luna-luna en una noche de anís y plata. El Museo de la Miel